Estamos a unos días de volver a las urnas para votar y es posible que en este mes hayamos escuchado opiniones y posturas más extremas de las que estamos acostumbrados a escuchar, tanto por parte de los diferentes partidos políticos, como por parte de gente de nuestro alrededor. Este fenómeno de extremizar nuestra postura con respecto a ciertos temas es lo que la psicología ha bautizado como polarización grupal.
Imagino que aunque aun no haya comenzado la jornada de reflexión, todos sabréis con qué partido e ideas simpatizáis más o menos. En el momento en que te acercas más a una u otra postura, comienzas a formar parte de un grupo y, en estos tiempos de elecciones, es inevitable que surjan las discusiones y los debates. Esta va a ser la principal causa de la polarización de nuestras posturas.
Porque aunque hace tiempo se pensaba que los grupos tomaban decisiones más moderadas que los individuos, la psicología consiguió demostrar que no era así. Tras una discusión en grupo, se tomaban decisiones más extremas que las que inicialmente decidían tener sus individuos de forma aislada, decisiones siempre en el sentido dominante antes de empezar la discusión.
¿Cuándo se produce la polarización grupal?
Este fenómeno de polarización grupal se da cuando un grupo de personas que comparten más o menos la misma opinión sobre un tema, debaten acerca de éste. Es decir, cuando los políticos hablan con personas de su mismo partido o cuando nosotros mismos hablamos con personas con las que compartimos una misma postura política, por ejemplo. Antes de las discusiones o debates, nosotros tenemos una opinión ya formada sobre un determinado tema, y tras la conversación en grupo, tenderemos a tener esa misma opinión, pero más extrema.
Y esto se produce porque al discutir de forma grupal, se ponen de manifiesto una serie de variables que nos ayudarán a reforzar nuestras creencias: la influencia normativa y la influencia informativa.
Influencia normativa.
Es lo que en ocasiones también llamamos como «presión grupal». Los humanos somo seres sociales y, por ello, tenemos una necesidad de pertenencia a grupos. Es esta necesidad la que hace que los grupos influyan sobre nosotros y aceptemos, muchas veces sin darnos cuenta, opiniones y argumentos de los grupos a los que queremos pertenecer.
Intentaremos buscar la aprobación de ese grupo al que sentimos que pertenecemos o evitar su rechazo, y para ello, muchas veces aceptaremos sus normas sin ponerlas en duda y haremos casi cualquier cosa por cumplir con las expectativas que desde el grupo se tienen sobre cada uno de sus miembros. Y aunque suene muy sectario, no solo ocurre en este tipo de agrupaciones.
Influencia informativa
En este caso no es la presión del grupo la que hace que reafirmemos nuestra opinión, haciéndola más extrema de lo que era en un principio. Algo que tienen las discusiones en grupo es que salen a colación multitud de opiniones y argumentos, y si ese grupo comparte ideas sobre el tema que se discute, al final de la charla contaremos con multitud de argumentos diferentes que defiendan y refuercen nuestra postura inicial.
Además, suele ocurrir que en ocasiones surja una opinión o argumento contrario a la idea mayoritaria que defiende el grupo, pero como te imaginarás, en seguida surgirá un contraargumento contra esa amenaza, lo que reforzará más aun la opinión de los individuos que conforman ese grupo, ya que contarán también con argumentos para defenderla ante posibles críticas.
¿Qué pasa cuando esta polarización se hace extrema?
En ocasiones ocurre que un grupo cohesionado sufre lo que en psicología conocemos como «pensamiento grupal». El grupo puede llegar a aislarse, volverse impermeable ante otras ideas o visiones que puedan ser diferentes a las que ellos comparten. No se encuentran dispuestos a escuchar ni a aceptar cualquier tipo de información contraria a sus ideas, lo que les hace perder una verdadera visión de la realidad y, casi con total seguridad, les llevará a tomar decisiones arriesgadas o erróneas.
Según Janis, hay una serie de «síntomas» que muestran los grupos que sufren el fenómeno de pensamiento grupal o «groupthink», alguno de los cuales seguramente podrás reconocer en algunos de los grupos políticos o sociales de los cuales recibimos tantas noticias en estos tiempos:
Ilusión de invulnerabilidad.
Cuando se produce el pensamiento grupal, los grupos creen que no puede pasarles nada malo, y que todo lo malo que podría pasarles pueden evitarlo simplemente por el hecho de permanecer unidos.
Racionalización de las decisiones.
Los diferentes miembros del grupo van a buscar explicaciones a favor de las decisiones que tomen, en lugar de gastar tiempo en información que las cuestione. Es decir, en lugar de analizar previamente los problemas que afectan al grupo para actuar en consecuencia, lo analizarán a posteriori para justificar sus actuaciones.
Credibilidad incuestionable de la moralidad grupal.
Los individuos que forman parte de este pensamiento grupal, van a percibir siempre que los planeamientos del grupo son morales y rectos, y en ningún caso van a cuestionarse que alguno de esos pensamientos pueda no ser moral.
Estereotipos del exogrupo
Sabemos que en el mundo hay un gran varibilidad de personas, opiniones y formas de actuar. Sin embargo, esta visión de heterogeneidad de las personas desaparecerá con el pensamiento grupal. El grupo tenderá a formarse una imagen homogénea de todo aquel que no pertenezca a su grupo, una imagen de «los otros» que incluirá ideas estereotipadas sobre el comportamiento y pensamiento de el resto de personas.
Presión de uniformidad
Como grupo cohesionado y bajo los efectos del pensamiento grupal, se autoimpodrá una presión para reforzar esa idea de «todos los del grupo somos y pensamos lo mismo en este aspecto».
De esta forma, el grupo rechazará las críticas dirigidas hacia las decisiones que se tomen o a sus actuaciones. Por ello, los miembros del grupo se pondrán una autocensura, por lo que no expresarán las dudas que tengan al grupo. Esto hará que se cree una ilusión de unanimidad, sobreestimando el grado de acuerdo que realmente existe entre los individuos que conforman el grupo.
Además de todo esto, en estos grupos va a surgir la figura de los guardianes de la mente, miembros que van a proteger al grupo de información negativa o contraria al mismo.
¿Cómo se puede hacer frente al pensamiento grupal?
Para evitar que un grupo se aísle, perdiendo el contacto con la realidad de su contexto, lo que le llevará a las consecuencias que ya conocemos (toma de decisiones extremas, sin pensar en las consecuencias y que llevan a graves errores y desenlaces), hay una serie de mecanismos que deben ponerse en marcha:
- Estimular la crítica por parte de los miembros del grupo, dando cabida a diferentes opiniones y puntos de vista, y reforzando la propuesta de ideas alternativas.
- Promover la aportación de individuos ajenos al grupo, que pueda dar otra visión de la realidad y proponer ideas que de otra forma no podrían surgir en el grupo.
- Mantener un líder imparcial, que no muestre su favoritismo hacia ciertas decisiones y que no promueva la censura de las diferentes propuestas que surjan en el grupo.
Como puedes ver, el mantener contacto con personas que piensan de manera diferente a la tuya, te puede ayudar a tener una visión más abierta y completa de la realidad del contexto en el que nos encontramos, lo que seguro que nos llevará a tomar mejores decisiones. Intenta siempre buscar información que no necesariamente confirme siempre tus creencias ante un tema, ganaremos más buscando información que consiga falsarla.
Y ahora dime, ¿qué grupos de nuestra actualidad política crees que son o pueden ser víctimas de este pensamiento grupal?
¡Super super interesante ! Es curioso como la psicología tiene explicación para todo .Además, tu forma de escribir hace que dichas explicaciones resulten claras y amenas a la vez que científicas. Muchas gracias .
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Muchas gracias por tu comentario! Me alegro de que te haya gustado, y gracias por tus buenas palabras hacia el blog en general!
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