Hace unas semanas escribimos una entrada en este mismo blog sobre seis distorsiones cognitivas comunes, las cuales hablábamos que es común que aparezcan en diferentes trastornos mentales, pero también en nuestro día a día, haciéndonos llegar a conclusiones incorrectas o inexactas a partir de la información que llega a nuestro cerebro.
Dada la importancia que creemos que tiene el aprender a identificar estas distorsiones que nos hacen interpretar la realidad de una forma poco racional (y comúnmente negativa) y caer en errores, es interesante que sigamos aprendiendo sobre este tipo de «trampas» de nuestro cerebro para evitar caer en malinterpretaciones.
Por eso os exponemos a continuación otras 7 distorsiones cognitivas para que nos digas en comentarios si en algún momento has caído en alguna de ellas:
1. Adivinación de pensamiento
La distorsión de adivinación de pensamiento, al igual que la de adivinación de futuro que veremos a continuación, tienen en común la inferencia arbitraria. Es decir, el dar por hecho suposiciones sin tener pruebas para ello.
En el caso concreto de la adivinación de pensamiento, lo que hacemos es creer saber qué es lo que piensan los demás, ya sea sobre nosotros o sobre algún otro tema en concreto.
Por ejemplo, es algo común en personas tímidas (y mucho más en personas con ansiedad social), que piensan que los demás creen que son tontos por los comentarios que hacen, o que se ríen de ellos por no relacionarse de forma adecuada, cuando no cuentan con ningún tipo de prueba de que ello sea así.

2. Adivinación de futuro
Al igual que con la distorsión anterior, en el caso de la adivinación de futuro damos por hecho, sin tener ningún indicio de ello, que las cosas nos van a salir mal.
Es posiblemente la distorsión que más aparezca en las personas pesimistas, que continuamente se están adelantando a los acontecimientos y esperando resultados negativos en cualquier ámbito de su vida. También es posible que aparezca cuando estamos preocupados por algún tema que nos importa, como puede ser un examen, en el que anticipamos que por mucho que hayamos estudiado y lo hayamos trabajado, vamos a suspender.

3. Etiquetación
Parece que cuando no le damos nombre a algo no nos quedamos del todo satisfechos, pensamos que poniéndole una etiqueta a las cosas las entendemos mejor porque las dotamos de cierta entidad. Sin embargo, la mayoría de las veces nos pasamos poniendo etiquetas, usándolas en lugar de simplemente describir los hechos. Esta es la base de esta distorsión cognitiva.
Un ejemplo de esta etiquetación sería el pensar que somos unos inútiles cuando cometemos algún tipo de error, con todas las consecuencias que tiene para nuestra persona cargar con una etiqueta de semejante peso. ¿No crees que es mucho más fácil de llevar y mucho más útil cambiar esa etiqueta por un «esta vez me he equivocado»?

4. Falacia de justicia
Posiblemente la falacia de justicia sea una de las distorsiones cognitivas más difíciles de identificar en nosotros mismos. Esto es así porque la misma consiste en creer que todo aquello que no coincide con nuestras creencias, es injusto. Identificar esta distorsión cognitiva en nosotros mismos pasa por entender que aquello que nosotros creemos que es correcto o que es la solución a un problema puede que no sea lo mejor.
Ocurre, por ejemplo, en un contexto de pareja cuando la otra persona nos hace un comentario que no nos gusta o que nos hiere y pensamos que si esa persona de verdad nos quiere, es injusto que haya hecho un comentario así. También puede pasar cuando trabajamos mucho en un proyecto y este no sale adelante y pensamos que ha sido valorado injustamente, sin considerar que por mucho que hayamos trabajado en él es posible que otra persona haya presentado un proyecto mejor o que por muy bueno que fuese nuestro proyecto, puede que no se ajustase a lo que necesitaba o buscaba la persona que te lo encargó.

5. Razonamiento emocional
En diferentes entradas de este mismo blog ha quedado patente la influencia que tienen las emociones sobre nosotros, y estas también juegan su papel a la hora de interpretar la realidad que se presenta ante nuestros ojos. Esta distorsión consiste precisamente en razonar en función de cómo nos estamos sintiendo, en lugar de basándonos en los hechos que están ocurriendo.
Por ejemplo, si nos sentimos mal por algo que no ha salido como esperábamos en el trabajo y sentimos que somos un fraude en ese momento, podemos llegar a la conclusión de que somos un fraude en nuestra vida profesional solo porque en ese momento nos estamos sintiendo así. De la misma forma, si vamos conduciendo enfadados y algún otro conductor hace alguna maniobra que nos entorpece, podemos pensar que lo ha hecho con malicia solo porque nosotros nos sentimos mal en ese momento.

6. Falacia del cambio
Por esta distorsión cognitiva creemos que nuestro bienestar depende de lo que hagan los demás, y que si los demás cambian, tú podrás hacer cosas diferentes o sentirte de una forma diferente. Sin embargo, nuestras emociones, cómo nos sentimos, nuestras creencias… dependen solo de nosotros mismos.
Igual puedes identificar esta distorsión cuando te encuentres pensando que podrías ser más feliz si tu pareja, tu padre, tu madre, tu hermano, u otra persona, cambiase ciertas cosas de su comportamiento. Pero si quieres ser feliz eres tú el que tiene que cambiar, porque si esperas a que lo hagan los demás es posible y probable que ese momento no llegue nunca.

7. Falacia de recompensa divina
Esta distorsión ocurre cuando pensamos que si sacrificamos ciertas cosas en el presente o si sufrimos alguna situación negativa, vamos a ser recompensados en el futuro. Consiste en pensar que en el futuro las cosas van a salir bien por sí solas, que los problemas se solucionan esperando a que se solucionen, lo que suele desembocar en una gran frustración al ver que esto no ocurre así.
La podemos identificar cuando en lugar de buscar soluciones a un problema nos «consolamos» diciendo frases como «al final todo saldrá bien», «vendrán tiempos mejores» o «un día recogeré los frutos de todo este esfuerzo».

Como decíamos en la anterior entrada sobre distorsiones cognitivas (la cual puedes recordar y volver a leer cuando quieras haciendo clic aquí), la importancia de conocer todas estas formas «erroneas» de pensar reside en poder identificar cuándo estamos cayendo en ellas para buscar otras alternativas de pensamiento más adecuadas a la realidad y más positivas para nosotros.
¿Te has identificado con alguna de ellas? ¿Has recordado alguna situación en la que tú u otra persona haya sufrido una de estas distorsiones cognitivas? Cuéntanos en comentarios. ¡Te leemos!
Muy interesante ! Según iba leyendo la explicación que das sobre cada una de las distorsiones no me he sentido identificada. Sin embargo, al ejemplificarlo, he recordado situaciones y pensamientos que se adecúan a dichas distorsiones, pero como una reacción inmediata a ciertas situaciones. Después con la reflexión y el análisis de los hechos en cuestión llego a conclusiones más acordes con la realidad.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Eso es lo importante, que no nos quedemos con esos pensamientos distorsionados y les hagamos frente a través de la reflexión cada vez que sentimos que aparecen.
Muchas gracias por tu comentario!
Me gustaLe gusta a 1 persona