Tras el éxito del live action de la Bella y la Bestia, nos adentramos en el mundo de la psicología para buscar en qué perfiles psicopatológicos encuadrar a los personajes principales de la película de Disney.
El cine ha servido en muchas ocasiones para mostrar muchas caras de la enfermedad mental y a día de hoy podemos encontrar películas que muestren prácticamente cada uno de los trastornos recogidos en los principales sistemas de diagnóstico.
Pero hay muchas otras películas que nos pueden mostrar muchas más caras de la psicología y los trastornos mentales aunque de forma menos explícita, como haremos hoy con Disney. El objetivo de este artículo y muchos otros que vendrán es ayudar a entender y a desestigmatizar la enfermedad mental.
Así que dejando de lado la bonita historia de amor que nos narra este clásico, descubramos qué pueden esconder nuestros protagonistas.
Bella
¿Por qué está Bella en el castillo de Bestia? Porque este último le obliga ¿Y como le llamamos a esto? Secuestro. Si nos quedamos con esa parte y con el hecho de que Bella se enamora de la Bestia, podemos relacionar a esta princesa con el Síndrome de Estocolmo. Este síndrome se caracteriza por la relación de complicidad que desarrolla una víctima, en nuestro caso Bella, hacia su secuestrador, Bestia.
El síndrome se entiende como un conjunto de mecanismos psicológicos que llevan a Bella a interpretar cualquier signo de ausencia de violencia por parte de Bestia como un acto de bondad. En la película, Bestia le regala a Bella la biblioteca del castillo, y tanto a ella como a los espectadores nos parece un bonito detalle. Sin embargo, ¿qué ha hecho realmente la Bestia? lo único que ha tenido que hacer es abrir una puerta. Además, las víctimas llegan a asumir las razones o ideas que usan sus secuestradores para negarles la libertad. Y es que, ¿cómo no va a encerrar a Bella en el castillo, si así puede deshacerse de su maldición?
Normalmente, el vínculo afectivo hacia el secuestrador va acompañado de un rechazo o miedo hacia las autoridades o hacia cualquier persona en contra de su raptor. Así, observamos el tremendo odio que siente Bella hacia Gastón y el resto de su pueblo cuando intentan rescatarla de su secuestro y acabar con la Bestia.
El Síndrome de Estocolmo no está recogido como tal en ninguno de los principales sistemas de diagnóstico, por lo que muchos autores no lo consideran realmente un «síndrome».
Bestia
Podemos relacionar a Bestia y sus enfados con el Trastorno explosivo intermitente. Este trastorno se caracteriza por los siguientes síntomas:
- Arrebatos recurrentes de agresividad que reflejan una falta de control de impulsos. Como los que vemos en Bestia desde el principio de la película cuando se dirige a algunos objetos del castillo, a Bella o a su padre.
- La magnitud de la agresividad expresada es bastante desproporcionada con respecto a la provocación. Por ejemplo, los gritos y golpes que da por el hecho de que Bella no quiera cenar o porque haya entrado en una habitación en la que no tenía permiso para entrar.
- Los arrebatos agresivos no son premeditados ni persiguen ningún objetivo tangible. Podríamos pensar que lo hace para intimidar a Bella, pero explota en alguna ocasión cuando pretende ser amable con ella.
- Los arrebatos agresivos provocan un marcado malestar en la persona. Podemos ver el arrepentimiento que siente Bestia al tratar mal a Bella o la preocupación por no saberse comportar ante ella.
Gastón
Al ver la película de Disney, todos hemos sentido desprecio hacia la actitud del personaje de Gastón. Este soldado es condescendiente con el resto de personas, egocéntrico y mantiene la creencia de ser mejor que los demás. Asimismo, hace intentos excesivos por ser el foco de atención, buscando la admiración de todos los que le rodean.
Estas características hacen referencia a los rasgos de grandiosidad y búsqueda de atención típicos del Trastorno de la personalidad narcisista. Las dificultades en este trastorno se manifiestan principalmente en cuatro áreas:
- Identidad. Hay una referencia excesiva a su compañero Lefou para la autodefinición y una autoevaluación exagerada y sobrestimada.
- Autodirección. Establece sus objetivos basándose en la obtención de aprobación. Por ejemplo, casarse con Bella para que en el pueblo aplaudan que ha conseguido a la chica más guapa. O ayudar al padre de Bella para ganarse la aprobación de esta.
- Empatía. Hay un deterioro para reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás, como Bella o Lefou. Está excesivamente pendiente de las reacciones de las personas que cree relevantes, en su caso Bella. Y sobrestima el efecto que causa en los demás.
- Intimidad. Tiene relaciones superficiales con otras chicas del pueblo que le siguen allá donde va para regular su autoestima, pero muy poco interés en las experiencias de los demás. Y ante todo, predomina su necesidad de obtener beneficios personales.
Con este artículo, inauguramos una nueva sección en el blog, «Cine y Psicología», donde usaremos películas de Disney y otras compañías para aprender cosas relacionadas con la psicología de una forma más divertida y amena. Espero que sea bien recibida y mandéis vuestras propuestas, preferencias, opiniones o cualquier otro tipo de comentario.
Muy buena entrada.
Me ha sorprendido los detalles de la falta de control de los impulsos de la Bestia y la sobrevaloración de Bella en el regalo de los libros.
Realmente cosas que a uno se le pasan por no tener «ojos» de psicólogos.
Un gran aporte a mi mirada.
¡Saludos!
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Me alegro de que te haya servido para mirar las cosas desde otra perspectiva 😉
De cualquier forma, todo esto son comparaciones simplificadas de los trastornos, una forma de entenderlos aunque realmente necesitaríamos mucho más para poder decir que cualquiera de los personajes tiene realmente un trastorno
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Excelente Articulo!!
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