Seguro que en algún momento de tu vida te has visto perdido en tus pensamientos sin poder atender a lo que alguien te decía. Puede que alguna vez viajando hayas llegado a tu destino sin saber muy bien cómo. A lo mejor has visto algo que te horrorizaba pero no has podido separar la vista de esa imagen.
Si te has sentido identificado con alguna de estas situaciones, tengo dos noticias que darte. La primera noticia es que has sufrido un trastorno de la atención. Pero la segunda noticia es que no todos estos trastornos con considerados patológicos.
Cuando hablamos de psicopatología nos referimos al estudio de la conducta anormal, es decir, a todas esas ocasiones en las que alguna de nuestras funciones (memoria, pensamiento, lenguaje…) no trabajan de una forma normal. En esta entrada nos centraremos en ver alguno de esos trastornos relacionados con la atención.
La buena noticia es que no todos los trastornos, en este caso de la atención, son considerados patológicos. Muchos se encuentran en la población normal. Que haya una función alterada durante un periodo de tiempo no es sinónimo de enfermedad mental. Incluso podrá resultar una ventaja en algunas situaciones.
A continuación, dejo algunos ejemplos de trastornos de la atención que has podido sufrir en más de una ocasión a lo largo de tu vida. Pero tranquilo, porque si te ves identificado, no significa que te pase nada malo.
Ausencia mental
Tiene lugar cuando la persona no es capaz de atender a la estimulación externa por estar preocupada en sus propios pensamientos.
Sería esa situación en la que estando en clase o hablando con un familiar, recuerdas que no has comprado papel higiénico. Empiezas a pensar: madre mía, cómo se me ha podido olvidar, y cuándo voy a ir a comprarlo… Y cuando sales de esos pensamientos ves a tu familiar mirándote esperando a que des una respuesta. O a toda tu clase cogiendo apuntes de algo importante que ha dicho el profesor. Pero tú no tienes ni idea de lo que ha pasado en los últimos tres minutos.
¿Y cómo puede salir alguien de este estado? Hay dos posibilidades:
- Que se produzca un fuerte estímulo, por ejemplo, que suene un golpe.
- Que alguien diga algo relacionado con las preocupaciones que mantienen ausente a esa persona.
Laguna temporal
Se produce cuando una persona no recuerda una serie de conductas que ha llevado a cabo, y sin estar bajo los efectos de ninguna sustancia.
Una situación típica de laguna temporal se da cuando vuelves a casa conduciendo desde el trabajo, por el camino de todos los días, y de repente te das cuenta de que ya estas llegando. No puedes recordar cómo ha sido el camino ese día, a qué coches has adelantado o cómo estaba la carretera. La sensación es de no saber cómo has llegado hasta allí.
Esto se produce al realizar una conducta habitual, pero en la que no se ha dado ningún hecho sobresaliente. Se podría decir que no recordamos nada, porque no hay realmente nada relevante que recordar.
Fenómeno de “afinar en”
Este fenómeno se define como la capacidad de atender a una fuente de información cuando hay otras muchas compitiendo contra esta para atraer nuestra atención.
El ejemplo clásico para este trastorno es el de una mujer que acude a un concierto y sigue únicamente el sonido del clarinete, a pesar de ser una pequeña parte de toda la orquesta.
Puede parecer una gran ventaja, ya que nos permite atender a la información que nos interesa sin distraernos. Pero no todo son ventajas. Al atender únicamente a una fuente de información, nos podemos estar perdiendo algún otro hecho que sea más importante.
Visión en túnel
La visión en túnel consiste en un estrechamiento de la atención centrada en una amenaza percibida. Ocurre en situaciones de estrés, ante una emergencia grave, en la que se reduce la capacidad de atención.
La sensación que se tiene es la de no poder ver nada de lo que te rodea, únicamente aquello que percibes como una amenaza para tu supervivencia. Como si estuvieses mirando a través de una cámara y el zoom ampliase una zona concreta sin dejarte ver nada más de la imagen.
Hipervigilancia
La hipervigilancia es un estado en el que hay una alta atención o sensibilidad hacia cualquier información de nuestro ambiente.
Es una vigilancia excesiva. Tanto, que la mayoría de las veces es incapacitante para la persona, ya que nos hace atender a cualquier cosa, sea relevante o irrelevante para la tarea que queramos llevar a cabo. Todo esto se traduce como una enorme distraibilidad.
Por ejemplo, la gente con hipocondría están atentos a cualquier mínimo cambio o sensación de su cuerpo. También encontramos este trastorno de la atención en personas con esquizofrenia o en personas con altos niveles de ansiedad.
¿Te has sentido identificado con alguno de los trastornos que se han expuesto? ¡Te animo a que compartas con todos tus experiencias!