¿Cambia la realidad por el simple hecho de ser observada?

Estarás de acuerdo en que no te comportas de la misma manera cuando estás solo en tu casa a cuando estás rodeado de gente. O incluso cuando estás en algún sitio solo pero crees que puede haber alguna cámara grabándote. Esto puede no ser un problema en el día a día. Pero, ¿qué pasa si estás realizando una investigación?

Cuando se lleva a cabo una investigación, son múltiples los factores o variables que pueden afectar a nuestro experimento. Y esto pasa tanto en la psicología como en cualquier otro ámbito. Que no te engañen.

Los sesgos de reactividad se definen como aquellas situaciones en las que una persona (un sujeto de estudio) cambia su conducta, su forma de actuar, por el simple hecho de saber que está siendo observada.

La reactividad puede ser mayor o menor en función de varios factores, como pueden ser:

  • Grado de participación del observador. No es lo mismo que haya una cámara grabando lo que haces, a que haya un psicólogo que te sigue allá donde vayas apuntando cada uno de tus movimientos en su libreta.
  • Características del sujeto observado. Por ejemplo, si observas a un niño jugando, es más probable que su reactividad sea menor. A los cinco minutos estará tan metido entre sus juguetes que parecerá que ha olvidado que estamos mirando lo que hace.
  • Tiempo de observación. Si el tiempo de observación es largo, nos podremos ir acostumbrando a esa observación, lo que hará que al final nuestro comportamiento sea muy parecido al que tendríamos si no nos estuviesen observando.

Un tipo de sesgo de reactividad es lo que se conoce como Efecto Hawthorne. Se refiere al cambio que se produce en algún aspecto de la conducta por el hecho de saber que estás siendo estudiado. Este término surgió a partir de los estudios que realizó Elton Mayo en la fábrica Hawthorne Works.

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Elton Mayo, puso a prueba si la iluminación en la fábrica afectaba a la productividad de sus trabajadores. Aumentó la iluminación y se encontró con que los trabajadores se volvían más productivos. Volvió a aumentar la iluminación y la productividad volvió a aumentar. Pero cual fue su sorpresa, que al disminuir de nuevo la iluminación ¡la productividad siguió aumentando!

Estaba claro que el nivel de luz no era el causante del aumento de la productividad de sus trabajadores. Lo que había provocado ese aumento de productividad era el hecho de que los trabajadores sabían que estaban siendo estudiados, algo que tuvo un efecto motivador. Y es que, ¿quién no intentaría producir más en su trabajo teniendo al jefe detrás viendo cuánto haces y cuánto dejas de hacer? También se vio, que cuando los estudios finalizaron, la productividad descendió y volvió a sus niveles normales.

 

Puede que la realidad sea algo demasiado grande de abarcar y el afirmar si cambia o no a causa de las observaciones se salga de nuestro campo de estudio. Pero si nos quedamos en nuestro campo, el del estudio de la conducta, podemos decir que sí. La observación sí que produce cambios.

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