La Sirenita, sus cachivaches y el Trastorno por Acumulación

A pesar de haber relacionado siempre a la Sirenita con el Síndrome de Diógenes, no es este el diagnóstico que debería recibir, sino el de Trastorno por acumulación. ¿Conoces las diferencias entre estos dos problemas? ¿Crees estar haciendo un buen uso de ambos términos?

Si no perteneces a la generación que se crió con Disney y no recuerdas la pequeña obsesión de Ariel, te pongo en contexto. Ariel era un sirena que sentía un profundo interés por los humanos. Este interés le llevaba a explorar los barcos hundidos en el fondo del mar, buscando los objetos más curiosos y desconocidos para ella: tenedores, cuadros, estatuas, pipas de fumar…y un sinfín de cachivaches.

Sirenita objetos guardados

El Trastorno por acumulación, un trastorno relacionado con el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), se define por la dificultad de una persona para deshacerse de cosas, sin reparar en el valor real de esos objetos. Claro que, Ariel no reparaba en el valor real de esos objetos porque desconocía para qué servían.

Una persona con este trastorno, siente una tremenda necesidad por guardar los objetos y un gran malestar cuando tiene que deshacerse de ellos. Además, la acumulación provoca el desorden o la congestión de zonas destinadas a la vivienda o dificultan su uso. Por suerte, Ariel era una princesa, y seguramente podría disponer de un gran espacio bajo el mar para cada uno de sus entretenimientos, sin comprometer ninguna otra zona de su gran palacio.

Algo que caracteriza este trastorno y cualquier otro trastorno mental, es el malestar o deterioro (social, laboral…) que provoca. La Sirenita no siente ningún malestar al realizar su colección, pero si que sufre un deterioro. Su afán por acumular objetos humanos le lleva a tener numerosas discusiones con su padre y con el bueno de Sebastián y una mala relación con sus hermanas.

Sirenita PIPA

Este trastorno suele comenzar en torno a los 11 o 15 años, edad en la que aproximadamente se encuentra Ariel, pero la interferencia en la vida de la persona empieza a hacerse visible en la década de los 20 años. Es un trastorno considerado crónico, y cuya gravedad va aumentando década tras década.

Debemos diferencias este trastorno de algunas conductas que realizan los niños y que forman parte de su desarrollo. No debemos alarmarnos si un niño quiere guardar o coleccionar cada piedra que se cruce en su camino o los papeles de cada uno de los caramelos que se tome.

El trastorno por acumulación se ha confundido en numerables ocasiones con el Síndrome de Diógenes, un término muy extendido para referirse a las personas que acumulan basura u objetos innecesarios en sus casas. Sin embargo, darle ese uso es erróneo.

El Síndrome de Diógenes, es un desorden de la conducta que se produce generalmente en personas que sufren además algún deterioro cognitivo, como pueden ser algunos casos de demencia. Aunque podemos encontrar una acumulación de objetos, no es su principal característica. Las características principales del Síndrome de Diógenes son el aislamiento, el abandono del cuidado personal y el rechazo a cualquier tipo de ayuda.

Por tanto, vemos que mientras que la acumulación por el Síndrome de Diógenes se debe al abandono, en el Trastorno por acumulación, es debida más a un mecanismo obsesivo.

 

Una vez más, Disney nos ha ayudado a definir un cuadro clínico, el Trastorno por acumulación. Además de haber podido desmentir alguna que otra idea sobre el Síndrome de Diógenes.

Si quieres aprender más psicología con Disney, te recomiendo que te pases por la categoría de Cine y Psicología de este mismo blog, donde podrás aprender con La Bella y la Bestia, Alicia en el País de las Maravillas, La Bella Durmiente… ¡Y próximamente muchos más!

10 respuestas a “La Sirenita, sus cachivaches y el Trastorno por Acumulación

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    1. Es pensar de una forma un poco perversa, pero igual que se encapricha con toda clase de objetos del mundo humano, podría como tu dices buscar la joya de la corona, en este caso el propio humano. Cuadra bastante con la imagen y las historias que se han contado siempre de las sirenas, pero en este caso, recuerda que Ariel renuncia a todo su mundo y a toda su «colección» por irse con su príncipe azul.
      Muchas gracias por tu comentario. Una muy interesante reflexión!

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