En los medios podemos encontrar multitud de información sobre nuestro cerebro. Sin embargo, los programas o cuentas en redes sociales que hablan sobre estos temas, no son siempre programas dedicados a la ciencia, ni son científicos los que hablan de ello.
Por esto, es posible que a veces no se contraste la información de forma adecuada o que se simplifique de una manera que esa información se dé de forma incorrecta, logrando así únicamente que los espectadores crean estar recibiendo una pequeña lección de ciencia, cuando en realidad están recibiendo una clase de pseudociencia.
En el campo de la neurociencia, el caso de la especialización de cada uno de los hemisferios cerebrales es un tema recurrente, ya que llama mucho la atención. Es cierto que se ha estudiado mucho de qué forma trabajan uno y otro hemisferio, pero las conclusiones de dichos estudios han sido tomadas de forma exageradamente desproporcionada, creando así en la psicología popular la creencia de que los hemisferios trabajan por separado, cada uno en sus cosas y que incluso cada uno tiene una personalidad diferente.
En estos últimos días hemos podido ver un ejemplo de esto en el programa de «El Hormiguero», donde Pablo Motos explicaba los visto en una charla TED de Jill Bolte Taylor. Un video que, teñido de lo que parecía ciencia, era realmente más una charla emocional o motivacional sobre una experiencia personal. Conclusión: no era ciencia.
Tomando como ejemplo este vídeo del programa de Antena 3, queremos enseñarte 5 cosas sobre tu cerebro, que igual no sabías:
1. Tu hemisferio derecho no es el creativo
Aunque se tiende a distinguir nuestros hemisferios como si el derecho fuese el creativo, la realidad es algo más compleja. Es cierto que hay funciones diferenciadas en nuestros dos hemisferios, ya que es la forma que evolutivamente el cerebro ha tenido de maximizar su eficacia: dividiendo las tareas a realizar.
Es cierto que en el hemisferio derecho suelen encontrarse áreas especializadas en funciones que podríamos decir que están más relacionadas con la creatividad como el procesamiento musical, el procesamiento sintético, el lenguaje no verbal… Pero también se encarga de sentir los estímulos que ocurren en la parte izquierda de nuestro cuerpo, de situarse en el espacio, identificar objetos…
Sin embargo, muchas de estas funciones tan complejas no podrían llevarse a cabo sin el trabajo conjunto del hemisferio izquierdo. Por ejemplo, no podrías cantar una partitura correctamente con tu hemisferio derecho sin que el izquierdo hiciese sus cálculos matemáticos pertinentes que te dijesen que esa corchea que aparece debe durar una cuarta parte de lo que ha durado la blanca anterior.

2. Tu hemisferio izquierdo no es el analítico
Al igual que popularmente se conoce al hemisferio cerebral derecho como el creativo, se conoce al izquierdo como el analítico, el especializado en hacer procesamientos lógicos y matemáticos, además de encargarse del lenguaje. Como hemos visto en el punto anterior y supongo que esperabas, esto vuelve a no ser tan simple como parece.
En el hemisferio izquierdo podemos encontrar áreas que suelen estar especializadas, por ejemplo, con la representación simbólica, el uso del lenguaje verbal, los razonamientos lógicos, procesar los estímulo que se dan en la mitad derecha de nuestro cuerpo…
Como puedes ver, hablamos de funciones que suelen darse en cada uno de los hemisferios. Y hacemos hincapié en ese «suelen» porque puede darse el caso de que las funciones se repartan de otra manera, o incluso que si por ejemplo se produce un daño en un hemisferio, el otro asuma sus funciones para así poder seguir realizando la esa tarea en cuestión.
3. Tus hemisferios no trabajan por separado
A pesar de que nuestros dos hemisferios cerebrales están claramente diferenciados y que la metáfora de los dos cerebros es muy utilizada por lo mucho que llama la atención, la realidad es que nuestros hemisferios no trabajan por separado. De hecho sería bastante desadaptativo que cada uno fuese por su lado.
Existe una estructura, llamada cuerpo calloso, que conecta nuestros dos hemisferios cerebrales. Esta estructura comparte la información de uno y otro hemisferio, de forma que ambos trabajan de forma conjunta y complementaria en las tareas que realizamos en nuestro día a día.
Para que veas hasta qué punto es importante que los hemisferios estén y trabajen de forma interconectada, existen casos de personas que nacen sin cuerpo calloso. Es decir, hay personas que nacen con el cerebro realmente dividido. Estas personas sufren graves problemas de comprensión, aprendizaje, desarrollo psicomotor, problemas de visión, dificultades de comunicación…
4. Somos algo más que nuestro cerebro
Hay sitios en los que dicen que nuestra personalidad depende de cual de nuestros hemisferios sea «más fuerte». Seguro que has escuchado a personas decir que ellas funcionan mejor con el hemisferio izquierdo, o que son más emotivas porque utilizan más su hemisferio derecho. Espero que llegados a este punto, una vez leído todo lo anterior, veas el poco sentido que tienen este tipo de afirmaciones.
Además, aunque toda la moda de lo «neuro» nos haya llevado a crear en nuestro imaginario colectivo que somos lo que pensamos, que todo lo que hacemos y lo que somos depende de procesos físicos y químicos, la realidad vuelve a ser más compleja.
Eres más de lo que ocurre en tu cerebro, eres una persona con capacidad de actuar, de responder a las exigencias del ambiente, de relacionarte con otras personas y con el mundo, de vivir en sociedad… y reducir todo esto a una serie de conexiones neuronales, es ofrecer una visión demasiado simplista del mundo y del ser humano. Aunque este tema seguramente dé para más de una entrada.
5. No te creas todo lo que te cuentan
Actualmente circula muchísima información por el mundo. Nos pueden llegar a nuestros móviles multitud de curiosidades sobre nuestro cerebro, el gran desconocido, que sin duda llamarán nuestra atención.
Además, esa información puede estar cubierta por llamémoslo un «halo científico» que le pueda dotar de una gran credibilidad en un principio, como ocurre en la charla TED ya mencionada. Sin embargo, ocurre muchas veces que esa información no es realmente científica.
La gente que se dedica a estudiar cualquier aspecto de la realidad siguiendo un método científico, hace más cosas en su vida. Puede, por ejemplo, dejar la ciencia aparcada y contarte una experiencia personal, y aprovecharla para crear una metáfora que ayude a otros a reflexionar, como ocurre en este caso. El que sea un científico el que dice algo, no convierte todo lo que dice en ciencia.
Así que sabiendo esto, nuestra recomendación es que cuando veas una información que te llama la atención y que creas interesante, antes de divulgarla, investiga algo al respecto para saber si realmente las cosas son como te las han contado. ¡Y te animamos a que lo hagas antes de compartir este artículo!
Muy interesante todo lo que cuentas sobre el cerebro, pero lo que más me ha gustado es el «tironcilo de orejas » respecto a no creer todo lo que lees e intentar contrastar. A pesar de ello, voy a compartir esta entrada sin comprobar nada. El aval de la autora me es suficiente. Gracias
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Muchas gracias por tu comentario! Me alegro de que te haya gustado…y que te hayas quedado con la importancia de contrastar la información antes de compartirla!
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Bravo!
Siempre tan fantástica y profesional.
Gracias por escribir sobre el CEREBRO, ese órgano tan importante y vital.
Magníficas las aportaciones.
ENHORABUENA!
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Me alegro mucho de que te haya gustado! Muchísimas gracias!
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