¿Son los cuentos solo para niños?

Si echamos la vista atrás, todos podemos recordar los muchos cuentos que nos contaron cuando éramos pequeños. Cuando nos los contaban, todos esos cuentos nos hacían soñar con mundos y situaciones nuevas. Sin embargo, el poder de los cuentos es mucho mayor y desde la psicología podemos encontrarles una gran utilidad, no solo para los niños, sino también para adultos.

Pero antes de descubrir qué nos pueden aportar los cuentos en nuestra vida de adultos, nos gustaría recordar toda la importancia que tienen cuando aun estamos en nuestras primeras etapas del desarrollo.

Los cuentos en la infancia

Si contamos cuentos a los niños y niñas, no es únicamente porque constituya una forma de literatura más fácil y accesible que otro tipo de narraciones para ellos. Los cuentos constituyen un elemento básico para el desarrollo y la educación de los más pequeños.

Está claro, que los cuentos son una fuente muy potente para la estimulación del gusto por la literatura, pero también para el lenguaje en general. Con ellos, los más pequeños conocen nuevas palabras y expresiones, nuevas formas de comunicar mensajes, además de aprender la función estética y creativa que pueden tener las palabras.

Además de ser un vehículo para el entretenimiento y la relajación, los cuentos también cumplen un importante papel en el ámbito del desarrollo afectivo. A través de los cuentos, los niños pueden ver reflejadas muchas de las emociones que les acompañan y que aún no han aprendido ni a identificar ni a gestionar y encontrar modelos que les ayuden a aprender a controlarlas.

Los cuentos infantiles también tienen un efecto positivo sobre el desarrollo social. Y esto no ocurre únicamente por la oportunidad que ofrecen los cuentos de ser leídos en voz alta y ser compartidos entre varios niños, sino también por los diferentes roles o personajes que se pueden descubrir entre las historias que se cuentan y que les ayudarán a comprender multitud de valores.

A través de los cuentos, invitamos a la reflexión sobre creencias, valores y situaciones diferentes. Son infinitas las posibilidades que se nos abren cuando, después de leer un cuento, comentamos todo lo que en él se ha visto: qué situaciones se han dado, cómo han actuado los personajes, qué han sentido, qué otras cosas podrían haber hecho…

Además, un cuento es un excelente potenciador de la creatividad y la imaginación en las niñas y niños, animándoles a inventar ellos mismos nuevas historias y personajes.

Los cuentos en la edad adulta

Por toda la importancia que tienen los cuentos para el desarrollo de los niños y niñas, éstos se han convertido en una herramienta imprescindible en las aulas de los colegios.

Sin embargo, todas las enseñanzas que obtenemos de los cuentos cuando somos pequeños, las podemos obtener también en la vida adulta. Las ventajas que hemos visto que tienen los cuentos, no terminan cuando cumplimos cierta edad. Y es precisamente por esto por lo que constituyen también una buena herramienta para la psicología.

Milton Erickson fue uno de los primeros psicólogos que empezó a hacer un uso de los cuentos con sus pacientes en sus sesiones de hipnosis clínica. Pero desde entonces, los cuentos y las metáforas se han convertido en una herramienta más de las sesiones de psicoterapia.

El poder del uso de los cuentos en la terapia reside en que nadie se pone a la defensiva cuando escucha un cuento. Desde pequeños hemos aprendido a disfrutarlos y a encontrar las enseñanzas que estas historias de fantasía pueden aportarnos para nuestro día a día y para encontrar la solución a algunos de nuestros problemas.

Ante un cuento, es más fácil que mostremos una actitud de interés y escucha, para posteriormente reflexionar sobre el mensaje o sobre las emociones que ha despertado en nosotros. A través de la metáfora y la fantasía, muchas veces es más fácil comprender ciertos aspectos de nuestra vida que con un análisis racional, ya que este formato nos permite prestar atención a una parte de nosotros que a veces dejamos de lado cuando nos encontramos ante un problema, la emoción.

Dicho todo esto, nos gustaría que nos contases tu experiencia con los cuentos en los comentarios. ¿Cuáles fueron tus cuentos favoritos durante tu infancia? ¿Y qué cuentos has leído de adulto? ¡Déjanos tus recomendaciones!

4 comentarios sobre “¿Son los cuentos solo para niños?

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  1. Totalmente de acuerdo con todo lo que comentas Sara.
    En mi infancia los cuentos tradicionales. Tengo recuerdos de mi abuelo Moreda contándome historias y supongo que mi madre me contaría cuentos, ya que enseguida adquirí el gusto por la lectura.
    Pero cuando tuve mi verdadero acercamiento a los cuentos fue al iniciar mi profesión como maestra. Tuve la suerte de conocer a Federico Martín, contador de cuentos (mejor a los adultos que a los niños), también a Antonio Rubio, maestro y escrito ( su colección “de la cuna a la luna”, SIEMPRE están en mi aula) y por supuesto a mi compañero de cole Apuleyo Soto siempre» cuenteando .
    El valor que tienen los cuentos para mí, hace que, como dice Yuyi en su comentario, todos los peques se pongan alerta cuando empiezo a cantar «la hora del cuento…».Saben que algo maravilloso va a ocurrir, un cuento va a empezar y aunque sea la enésima vez que lo escuchan, siempre es un momento mágico.
    Actualmente la oferta de cuentos es inmensa y siempre hay alguna historia para cualquier, situación, problema, dilema, vivencia o emoción. Yo suelo seguir las recomendaciones de mis compañeras y siempre son descubrimientos maravillosos. Podría destacar muchísimos pero uno de mis preferidos es «Arturo y Clementina»
    Pero además de lo mucho que me gustan los cuentos para contárselos a los pequeños, como bien dices en tu artículo, Sara, los cuentos tienen un gran valor para mí en la edad adulta. Dos cuentos que destaco son «Algún día», para compartir con mi madre y con mis hijas y «Siempre te querré» con mi hijo.
    De los últimos cuentos que he conocido destaco » El libro blanco de la muerte”, un cuento que curiosamente me habla de la vida y que la primera vez que lo escuché (contado por Marina Criado) entre sus páginas sentí a mi padre.
    Ahora mismo mi cuento de cabecera es «El jardín de Violeta».

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  2. Absolutamente de acuerdo en cada una de las palabras de Sara.
    Cuando mis hijos estaban en Educación Infantil y su Maestra entonaba aquello de: “La hora del cuento ha llegado ya…”, algo mágico iba a suceder en la clase.
    Hay que contar cuentos, sin lugar a dudas.
    Es algo imprescindible para un niño y también entrañable y necesario para los adultos.
    Recuerdo y tengo muchos: “El pequeño conejo blanco”, “Los tres bandidos”, “La ovejita que vino a cenar”… podría nombrar infinidad.
    Es una de las mejores cosas que podemos hacer, disfrutar de un cuento.
    Mil gracias como siempre. 🥰🥰❤️❤️

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    1. Muchísimas gracias por tu comentario! Y muchas más por compartir esos magníficos cuentos. Creo que los conozco todos y cada uno de ellos son maravillosos!
      Como dices, disfrutar de un cuento es de las mejores cosas que podemos hacer, tanto con nuestros hijos, sobrinos, alumnos… como con nosotros mismos cuando ya somos adultos.

      Le gusta a 1 persona

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