Escape Rooms como método de enseñanza y aprendizaje

En estos últimos años se está haciendo patente el crecimiento de la popularidad de los Escape Rooms, los cuales son utilizados cada vez más como alternativa de ocio. Pero sus ventajas y usos van más allá y están llegando al mundo de la enseñanza debido a los beneficios psicológicos que suponen para el aprendizaje.

El término de gamificación surgió en el mundo empresarial. Se refiere al uso de elementos del juego en contextos diferentes a estos. Se empezó a usar en este contexto como una forma de incentivar las compras por parte de los consumidores. Así, empezaron a incluir elementos lúdicos como el acumular puntos con cada compra, los cuales serían canjeables por otros productos o por ciertas ventajas o descuentos. Estos elementos conseguían aumentar la fidelidad de los clientes, convirtiendo las compras en una experiencia de juego.

En la enseñanza, el uso de juegos tampoco es algo nuevo. Todos tenemos en la cabeza aquel eslogan que decía «si la lección es divertida, nunca se olvida». Y es por todos sabido cómo se usa el juego muchas veces en la escuela, sobre todo en los primeros años de enseñanza (sobre todo en Educación Infantil), donde parece que se tiene más en cuenta la importancia del aprendizaje significativo y por descubrimiento, antes de la amenazante llegada de los libros y las fichas que en ocasiones hace que se deje de lado el aprendizaje para dar paso a la memorización.

Sin embargo, los juegos más típicos que hemos visto en este contexto se basaban en lo que en psicología conocemos por «economía de fichas«. Es decir, premiar conductas (por ejemplo, acertar una pregunta) con un número concreto de fichas (o de puntos) que te permiten obtener un valioso reforzador final (o premio). Podrían ser juegos de este tipo los de preguntas y respuestas tipo Trivial, Pasapalabra, Quién sabe más…

Sin embargo, el auge de los Escape Room le da una vuelta más de tuerca al juego en las aulas. Un Escape Room no es más que un juego de «aventura» en el que los participantes tienen que, dentro de un hilo narrativo o historia inmersiva, resolver una serie de pruebas, rompecabezas y acertijos, que les llevarán a resolver la aventura (salir de una habitación en la que se encuentran encerrados, resolver un crimen, dirigir una nave espacial, desactivar una bomba…).

Las posibilidades narrativas de los Escape Room son infinitas, y por tanto hacen que sea sencillo integrar cualquier tipo de contenido dentro de ellas. Nos permite en el aula incluso trabajar dentro de un mismo juego conceptos de distintas materias de forma transversal.

Es una actividad en la que se consigue una gran implicación de los alumnos ya que, como hemos dicho, se trata de una historia inmersiva. Esto hace que podamos mantener en altos niveles su motivación respecto a la actividad y, por asociación, con los contenidos que en ella se trabajen. Y estos niveles de motivación se mantienen gracias a que en un Escape Room, las pruebas a superar van subiendo en dificultad de forma progresiva.

Con los Escape Room se fomenta la motivación intrínseca por el aprendizaje, a través de la participación activa, que hace que despierte en ellos la curiosidad por saber más y querer llegar más lejos en el juego. Esta motivación intrínseca hace referencia a la motivación que surge del propio alumno para llevar a cabo una conducta (el trabajo en los contenidos), sin necesidad de ningún incentivo externo (como las calificaciones de los exámenes o las insistencias de los padres por que estudien).

Además, se le suman las ventajas de que se trate de un juego colaborativo. Es necesario que los alumnos colaboren unos con otros en la resolución de esta aventura si quieren terminarlo en el tiempo máximo que se les ha dado para ello (normalmente 60 minutos, dependiendo de la dificultad y disponibilidad). Esto permite desarrollar otras capacidades más allá de los contenidos, como son la comunicación, habilidades sociales, la organización, el trabajo en equipo o la empatía.

¿Pero es todo tan maravilloso? La verdad es que no. Ya que desarrollar un Escape Room requiere de mucho tiempo y mucha organización. Un tiempo del que muchas veces los docentes no disponen. Es por eso por lo que no es una opción para llevar a cabo a diario en el aula y es más factible usarla como una actividad alternativa de vez en cuando.

Y si como docente no sabes cómo desarrollarla o no tienes tiempo para ello pero te parece una buena opción, siempre puedes contar con ayuda externa. Cada vez son más las personas que se dedican a llevar este tipo de actividades a las aulas, desarrollando Escape Rooms adaptados a diferentes niveles educativos, como es el caso de Desactiva la bomba musical, web que te recomiendo visitar y de la que te dejo un pequeño vídeo de muestra a continuación.

¿Te atreves a probarlo?

3 comentarios sobre “Escape Rooms como método de enseñanza y aprendizaje

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  1. Cualquier recurso que permita a niños y niñas aprender a través del juego. Este que planteas me parece muy completo, aunque laborioso de preparar.
    Enhorabuena a aquellos docentes que disponen de la creatividad suficiente para crear estos juegos y en especial a Santi por su Bomba musical.

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    1. Desde luego, es el principal problema que supone este tipo de actividad, un gran tiempo de organización del que la mayor parte de docentes no disponen. Por eso creo que es tan interesante apoyar e impulsar a aquellos que toman la iniciativa y que pueden llevar desde fuera estas actividades a las aulas.
      Muchas gracias por tu comentario 😊

      Me gusta

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